- Miguel Albertos | @migueel_albeertos / José María Mínguez | @joseta19
Por fin llegaba una de las grandes citas de la temporada para el mundo del fútbol, la Final de Uefa Champions League, dónde se enfrentaban el Real Madrid -por tercera vez consecutiva- y el equipo revelación de la temporada el Liverpool. Una final marcada por la incertidumbre, ya que el Real Madrid podría hacer historia, una vez más, y el Liverpool podría volver a la élite del fútbol europeo, que para mí, ya lo ha logrado.
La de Kiev, no fue una final marcada por las sorpresas en cuanto a las alineaciones. Por parte de los blancos, Zidane volvió a apostar por su alineación de las finales, un 4-4-2 en rombo, usando a Isco como media punta, para intentar tener más control del esférico. Si es cierto que sorprendió que "Zizou"dejase fuera del XI a Gareth Bale, ya que se presentaba en la final en estado de forma extraordinario, marcando 5 goles en los últimos 4 partidos de liga. En el otro bando, Kloop salió con lo mejor que tenía, con la única baja de Oxlade-Chamberlain, el cuál se ganó a pulso la presencia en el XI de los "reds" desde su llegada a Anfield en el pasado mercado invernal.
El gran partido comenzaba con 15 minutos arrolladores del Liverpool, cosa que era de esperar y el Madrid no supo poner solución. Cada vez que los de Anfield tocaban el balón, la defensa del Real Madrid hacía aguas. Gracias a varias salidas certeras del guardameta del conjunto meregue, Keylor, y una gran parada al tiro del joven Alexander-Arnold, el Liverpool no se adelantó en el marcador. A partir de aquí, los blancos se fueron haciendo con el control del partido, que era su plan desde el inicio. Hasta que en el minuto 28 se nos encogió el corazón a todos los amantes de este deporte, en un forcejeo entre Sergio Ramos y Mo Salah, el Egipcio cayó al cesped con la mala suerte de salir dolorido del hombro. Sin duda las lágrimas del "faraón", delataban la tristeza y la rabia del jugador de moda por no poder terminar el partido en el que se resumía su grandiosa temporada. Se nos partió el alma. Tras el tremendo varapalo moral a los jugadores del Liverpool después de ver como su estrella tenía que terminar la final antes de tiempo, el Real Madrid se puso a mandar en el partido.
Y desgraciadamente, pocos minutos después, las lesiones vuelven a cebarse con los jugadores. En este caso fue en el bando de los blancos. Dani carvajal, tras una de sus carreras en la banda derecha, llega a linea de fondo forcejeando con el defensa Robertson, y en un mal gesto, se produce una rotura de fibras. Las lágrimas del español nos hacían dudar de su presencia en el próximo mundial de Rusia. Con todo el esto el Real Madrid sigue dominando y produciendo ocasiones y la más clara vino justo antes de que el colegiado de la final, Mirolad Mazic, desvelase el descuento de la primera parte. Recibe el balón en la banda derecha un desaparecido Isco, que la pone perfecta al punto de penalti, dónde Cristiano Ronaldo -ligeramente adelantado- remata haciendo que Karius haga una buena parada, pero el rebote lo caza Karim Benzemá -en posición correcta-, lo que hubiera significado el 1-0 si el árbitro no hubiese anulado la jugada. Con todo esto, se llega al descanso en Kiev.
La segunda parte comenzaba con dominio blanco, tanto es así, que en el minuto 48 Isco manda un balón al travesaño y en el minuto 50 de la segunda parte ya estaría por delante en el marcador con un gol bastante peculiar . El gol llegó de la siguiente manera: balón del bávaro Toni Kroos a la espalda de la defensa, que ataja con facilidad el guardameta Karius, el cual sería "protagonista" de dos de los tres goles recibidos. Justo cuando recibe el balón se dispone a sacar rápidamente hacia el defensa, haciendo el "típico" saque con la mano, en el cual el portero tiene toda la ventaja pero el portero del Liverpool se confió tanto que es el galo Benzema es quien intercepta ese pase y el balón se acaba introduciendo en la portería defendida por los "reds".
Pero la reacción de los jugadores de Jurgen klopp no tardaría en llegar, ya que 5 minutos después, sería el senegalés Mané quien aprovecharía para desviar el balón hacia las mayas, tras un córner y posterior remate del central Lovren, devolviendo así las tablas en el marcador.
Tras recibir el gol, se produce un cambio en las filas blancas, cambio que a la postre cambiaría por completo el devenir del partido. Se retiró del partido Isco, quién tuvo una actuación bastante desapercibida en la final, para dar entrada al expreso de Gales, Bale, quién llegaba en momento de forma extraordinario y fue una sorpresa encontrarlo fuera del XI inicial de Zizou. Y en prácticamente uno de los primeros balones que tocaba realizó uno de los goles más impresionantes que se recuerdan de las finales europeas. Balón para Marcelo, quien levanta la cabeza y la pone, y en ese momento apareció el galés marcándose una tijereta y colando el balón al fondo de la portería, haciendo inútil la estirada del guardameta Karius.
A partir de ese gol, los "reds" intentaron ir más al ataque pero sin causar peligro a la portería defendida por el tiko Keylor, del Madrid se recuerda una muy clara del "bicho" sólo contra Karius y en el último momento llega el defensa Robertson para cortar el balón y enviarlo a saque de esquina, y durante los próximos minutos el partido tomó una dinámica favorable hacia los blancos quienes tenían el balón y buscaban a Bale a la espalda de la defensa. En una ocasión, el balón cayó en los pies del galés, quien estaba muy alejado de la portería contraria. Pero poco importó esto al galés que no dudo en soltar el latigazo con la pierna izquierda directo a portería. Y aquí quizás comience el tema que más ha dado que hablar al finalizar el partido, dicho esto es hora de analizar el tercer gol de Bale: el balón cuando se dirige a portería hace un extraño debido a la potencia del "chut" y Karius parece darse cuenta de ello, pero cuando el portero intenta blocar el balón, este dobla las manos del portero y acaba dentro de la portería. Cierto es que el zurdazo del galés llevaba mucha potencia, pero en esta ocasión, pensamos que Karius puede hacer algo más para evitar que la pelota acabara dentro de su propia portería.
Y con todo esto, finalizaba el partido y estallaba el éxtasis de los blancos, el Real Madrid volvía ser campeón por decimotercera vez en su historia, la tercera consecutiva. Sin duda el Real Madrid está haciendo historia y no solo en el ámbito del fútbol, si no hablando como club, al ser el primer club en ganar la copa de Europa en basket y fútbol el mismo año. Sin duda Europa ha tenido un solo color este año.
Comentarios
Publicar un comentario